En un bar que se precie de tener los mejores pinchos en Santander no puede faltar un clásico de este tipo de tapas, el pincho moruno, denominado en algunos lugares de España como pinchito, la tradicional brocheta elaborada con dados de carne, habitualmente de pollo o de carne de cerdo, aunque admite de cualquier otro tipo, adobado en pimentón, generalmente picante, según el tipo de pimentón empleado en el adobo.

Y es que si por algo se caracteriza este pincho y por lo que es conocido es por el adobo, el auténtico secreto de esta tapa en el Mesón Rampalay. Probablemente, en cada restaurante o bar tengan su propia receta de adobo para pinchos morunos, pero todos ellos suelen tener como denominador común el pimentón picante, con la única salvedad de que se haga una edición especial para los más pequeños, a los que también les encantan los pinchos morunos, porque en su caso hay que evitar el picante.

No por ser un clásico de nuestra gastronomía, con origen en la tradición culinaria andaluza y magrebí de Ceuta y Melilla, debe faltar en la carta de los mejores pinchos en Santander. Se caracteriza por ese típico pincho de metal o de madera de 20 o 25 centímetros de largo en el que se insertan pedazos de carne hechos a la parrilla o a la plancha.

Lo ideal es acompañarlos con una cerveza o un buen vino, aunque la receta tradicional, condimentada con una mezcla especial de especias como el comino, orégano, cilantro, cúrcuma, alcaravea, pimentón, nuez moscada, cayena o canela, se servía con té moruno.